Al día siguiente me levanté más animada. Me vestí y bajé a desayunar. Eran las nueve, mi tía ya estaba arreglando el jardín, la saludé desde la ventana de la cocina. Mi primo seguiría dormido ya que había llegado tarde. Las tostadas estaban esperándome en un plato. Calenté la leche. En ese momento sonó el teléfono. Cogí el que había en la cocina. Contesté: si, ¿dígame?
-Claudia, soy Mercedes. Menos mal que por fin damos contigo.
Me puse tensa, estaba claro que no había forma de librarme de mi pasado.
-¿Qué quieres?-respondí secamente
-Te hemos estado mandando cartas y no nos contestas. Deberías volver a Madrid. Tenemos que hablar contigo cara a cara.
-Ya os dije todo lo que tenía que deciros. No quiero saber nada de vosotros. Los tramposos fuisteis vosotros y tengo pruebas de que no tengo nada que ver con el asunto. Si vuelves a llamar os denunciaré.
Habían hecho trampas en selectividad y me habían utilizado para ello. Ni siquiera me enteré hasta que vi sus notas en el tablón. En la vida habían sacado tan buenas notas. Mercedes y Antonio podrían entrar en cualquier carrera que quisieran. En ese momento supe lo que habían hecho. El problema es que ellos se dieron cuenta de que lo sabía y no dejaban de acosarme. Los demás empezaron a creer sus mentiras y terminé quedándome sola. Después de un julio penoso mis padres me mandaron a casa de mi tía.
-¿Cómo es posible que hicieran trampas en selectividad?- preguntó a Elena
-Para que entiendas lo que pasó te hago un resumen. Antonio y Mercedes venían de familia bien pero no eran muy buenos en los estudios. Antonio estaba llamado a ser el próximo cirujano jefe del hospital donde trabajaba su padre y Mercedes estaba destinada a trabajar con su padre en un famoso estudio de arquitectura que él poseía, después de terminar la carrera. Ambos tenía que seguir con el negocio familiar pero sus notas en bachillerato no habían sido demasiado brillantes y necesitaban notas altísimas en selectividad. Hartos de escuchar a sus respectivas familias trazaron un plan. Al principio de COU Mercedes se las apañó para que fuéramos amigas. Es encantadora cuando quiere y yo siempre recibo a todo el mundo con los brazos abiertos. Mis padres son profesores, mi madre de universidad y mi padre de instituto. Mi casa siempre estaba llena de profesores porque mis padres reunían a sus amigos los sábados por las noches. Mercedes y Antonio sólo tuvieron que conocer a la persona adecuada en mi casa: un profesor del tribunal que preparaba las preguntas de selectividad ese año.
-¿Porqué se arriesgaría un profesor a hacer eso?
Eso te lo contaré después. Sigamos con la historia en orden para que no nos perdamos.
Mercedes siguió hablando por teléfono.
-Pensé que como ha desaparecido Daniel vendrías a hablar con sus abuelos. Si es así llámanos que queremos verte.
Me quede muda. Colgué el teléfono. Mercedes estaba mintiendo para desestabilizarme. Corrí a la habitación sin desayunar y saqué las cartas que había ido guardando. Como todos me habían dado de lado no había abierto ninguna. Cogí la de Celia, siempre nos habíamos llevado bien hasta que apareció Mercedes en nuestra vida. Leí su carta.
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3 comentarios:
Buenas, Rosalía.
Gracias por seguir pasándote por mi blog y comentar^^
Siento no poder hacer lo mismo contigo, pero los exámenes me tienen agobiadísima. Muchas gracias, necesitaré suerte jejé;)
¡Prometo leerte en cuanto acabe!
Besitos^^
HOla! te he ido siguiendo desde hace un tiempo y espero ver algún dia tus relatos publicados eh? Yo he empezado ahora uno , haber que te parece ya que tienes mucha experiencia y sabras ser critica conmigo. Espero un voto en mi encuesta sobre si vale la pena seguirlo o no. Gracias!
Muchas gracias a las dos por vuestros comentarios. Yo también ando un poco liada pero prometo pasarme por vuestros blogs que me gustan mucho.
Besos
Rosalía
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