miércoles, 19 de noviembre de 2008

Recuerdos C 2

Capitulo 2

Claudia entró en la sala.
- A las nueve estará la cena. Si quieres encendemos el ordenador y vamos viendo la parte del trabajo que tienes hecho- dijo Claudia
-Muchas gracias por ayudarme con él. Tenemos que entregar el trabajo antes de las vacaciones de Navidad para poder hacer el examen de febrero y no consigo saber cómo terminarlo. El profesor nos ha dicho que no nos ayudará porque parte de la calificación es como conseguir ayuda para resolverlo.
-No te preocupes, seguro que entre las dos conseguimos acabarlo. Según me dijo Roberto cuando me llamó eres una buena estudiante y seguro que ya tienes hecho la mayoría. Roberto te aprecia mucho.
-Yo también le apreció a él. Me ha encantado colaborar con él en dos de sus casos policiales y mi novio Mario y yo quedamos de vez en cuando con él. ¿Hace mucho que le conoces?- preguntó Elena
- Sí, la verdad es que ya hace bastante, dijo Claudia- ¿No os ha contado nunca como nos conocimos?
-No, el otro día cuando me ofreció tu ayuda no comentó nada. Roberto es bastante reservado. No suele hablar mucho de su vida. Yo siempre lo he achacado a que como es policía, muchas veces no puede contar las cosas libremente.
-Es posible que sea por eso. -dijo Claudia mientras encendía el ordenador- ¿qué tal es cuarto de administración de empresas?
-Bueno, lo cierto es que no sabría decirte. No he tenido un gran comienzo de curso, pero no se si es porque es más difícil o porque yo no estoy demasiado concentrada- dijo Elena con una triste sonrisa.
-No te desanimes, hay unas épocas peores que otras pero terminan pasando, te lo aseguro.
Elena la miró con incredulidad. ¿Qué podría saber Claudia de cómo se sentía ella?¿Qué problemas podría tener ella?
-Veo tu incredulidad, pero ¿quién te hubiera dicho este verano que te ibas a sentir como te sientes ahora?-le contestó Claudia. Te propongo lo siguiente, miramos el trabajo, cenamos y después te cuento una historia, mi historia. No te digo que mi historia vaya a solucionar la tuya o que se parezca, pero creo que te gustará oírla y te dará una perspectiva que ahora no tienes. Además según me han contado te gustan los misterios y también tiene algo de eso.
Elena asintió y se pusieron a trabajar en lo que había traído y a las 9 cenaron. Después de la cena, para sorpresa de Elena, Claudia encendió la chimenea y apagó los radiadores.
-Me negué a tener una chimenea que no pudiera encenderse nunca- dijo con una sonrisa- Por la noche es agradable encenderla y sentarse en el sofá. Siéntate conmigo que empezaré mi historia. Elena obedeció
La historia empieza en el verano de COU, antes de empezar la universidad. Mis padres me vieron muy tristes y me mandaron a casa de mi tía Rosa, en un pueblo de Valencia. Desde que llegué a la casa de mi tía me sentí liberada. Todos los problemas quedaban atrás. Yo no quería ver a nadie, incluso evitaba la compañía de mi primo. Sólo pensaba en dormir, dormir lo más profundamente posible y en ver películas y leer. Es decir o no “vivir” o vivir vidas de otros. Mi tía me dejó así una semana y después decidió que no podía seguir de esa forma. Tenía que relacionarme con gente de mi edad, salir, ver mundo como ella decía. A mi me empezó a entrar miedo. No quería conocer a nadie, sólo me causarían problemas. Según mi tía estaba entrando en una depresión y por eso me aislaba y no quería saber de nadie. Desde mi punto de vista no era así pero tampoco sabía definir mi estado así que al final ganó ella.

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