Un viaje artístico por Bélgica C9

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Capitulo 9

Los cuatro chavales volvieron a Bruselas y quedaron con Carlos y Roberto en verles en la exposición después de comer porque antes quería visitar el Atomium y los edificios que la Unión Europea tenía en Bruselas.
Pasaron una mañana tranquila y comieron cerca del Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica donde era la exposición.
EL restaurante era grande, ellos se colocaron cerca de las ventanas para ver la ciudad. Elena se levantó para ir al baño antes de que trajeran la comida. El baño se encontraba al fondo a la derecha. Cerca del baño había dos españoles, uno mayor y otro más joven. Hablaban más alto de lo habitual. Elena sonrió, ellos también se habían acostumbrado a que nadie de su alrededor les entendiera y hablaban sin ningun tipo de preocupacion. Entró en el baño. A la salida se le cayó una horquilla y se paró a buscarla. En ese momento oyó lo que hablaban.
-Las sospechas están convenientemente desviadas-dijo el mayor-Por otra parte la entrega será en Brujas a las 12 de la noche. Preocupate de que no lleguen tarde. A esa hora ya no habrá nadie en la calle.
-Estate sin cuidado, la casa que he alquilado está bien situada y es discreta. Todos creen que somos turistas. No se extrañaran porque hay un poco de jaleo a altas horas de la noche.
Elena encontró la horquilla y se fue, no quería que los hombres se dieran cuenta de que les entendía. Afortunadamente su mesa estaba alejada de la de ellos. No se darían cuenta de que había más españoles por la zona.
Después de comer fueron al museo. No pudieron entrar porque había un cordón policial y un montón de gente enfrente del mismo. Sin embargo, el hombre mayor del restaurante habló con los policias y pudo entrar.
-Mario, tenemos que hablar con Roberto. Tengo información para él-le dijo Elena en un susurro.
-Veamos si acercandonos a los policias y dando su nombre conseguimos algo-respondió.
Avisaron a Javier y Enrique y los cuatro fueron aproximándose. Como Enrique era el más alto consiguió ver a Roberto que acababa de salir del museo. Le hizo señas. Roberto se acercó y les dijo: “Venir en media hora a la puerta de atrás del museo” Y se fue.





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