domingo, 27 de septiembre de 2009

Recuerdos C10

Capitulo 10

Mi padre no es español sino estadounidense. Llegó a España destinado a la base de Torrejón de Ardoz y luego consiguió quedarse como parte de la embajada de Estados Unidos que estaba en Madrid. Se enamoró de una española y se casó con ella. Su especialidad era la informática y en especial la protección de datos. A nosotros nos hablaba muy poco de su trabajo y había veces que desaparecía durante semanas.
Mi madre y yo decíamos que realmente era de la CIA pero que no podía contárnoslo- dijo Daniel sonriendo.
-¿Tuvo algo que ver esto con el accidente?- preguntó Claudia
-Sí, tuvo que ver. Una semana antes del accidente mi padre detectó que había un gusano en la red. Había pasado los cortafuegos y estaba preparado para que en un día determinado los datos se volcaran por internet a un servidor externo. Sólo podía estar allí si alguien de dentro lo había instalado. Avisó y fue eliminado y comenzó una investigación interna.
-¿Se supo quien había sido?
-El accidente de mi padre tuvo lugar durante la investigación y empezaron a aparecer pruebas contra él. Estaba en coma y no podía defenderse. Se empezó a hablar de traición.
-¿Pero qué sentido tenía si tu padre era el que había alertado?
-Apareció un nuevo gusano y se consideró que el primero era un señuelo y que este era el realmente importante. Según empezaron a decir mi padre sólo quería entretenerles con el anterior para que nadie se diera cuenta del nuevo. La realidad era que el traidor lo había introducido nada más saber que mi padre había detectado el anterior.
-¿Cómo te enteraste?¿Cómo lo probaste?
-No, no existen pruebas de lo que digo. Tampoco existieron pruebas consistentes contra mi padre. Yo trataba de encontrarlas en Valencia.
-¿Cómo está tu padre?
- Físicamente, después de un año se ha recuperado casi totalmente, pero después del juicio contra mí lo pasaran a la reserva militar y volverá a ser civil. Nos vamos a vivir a Estados Unidos donde quiere empezar de nuevo en el sector privado. Y ahí es donde entras tú.
La cara de Daniel cambió. Hasta ese momento había estado tranquilo pero ahora el odio había invadidos sus ojos. Estaba claro, que para bien o para mal, por fin descubriría qué era lo que tanto daño le había hecho.
-Fue tu primo. Tu primo atropelló a mis padres y se dio a la fuga. Y no me quito de la cabeza que lo hizo porque le pagaron por ello o porque tenía algo que ver con el traidor de la embajada.
-No tengo ni idea de si fue así. Pero ¿qué tengo que ver con todo eso? ¿Por qué me echas la culpa a mí si yo nunca tuve relación con mi primo en Madrid?- dije desesperada
-Puede que sí o puede que no. Pero en Valencia estaba cerca de conseguir que tu primo confesara, que me dijera qué había ocurrido y gracias a ti y a tu amigo el policía no lo conseguí. ¿Tenías que denunciar a tu primo justo en ese momento doña perfecta?
La cara de Daniel se contrajo, se acercó más a mí y noté algo afilado en el bolsillo de su pantalón.
-Ahora saldremos tranquilamente de aquí y nos iremos a una zona apartada que conozco. ¿Sabes que allí a veces atacan a las mujeres descuidadas que se pierden?
-Espera, no tiene sentido que me hagas daño por eso. ¿Eso va a devolverle el trabajo a tu padre? ¿Va a demostrar que mi primo atropelló a tus padres? Por Dios Daniel, antes nos llevábamos bien, incluso…
-Dime la verdad Claudia, dime la verdad del asunto y no te haré daño.
-No sé nada Daniel.
-No fue lo que me dijeron Mercedes y Antonio. Me dijeron que tu primo y tú erais íntimos y que esa noche habíais quedado y que por eso no estabas con ellos.
-No, Daniel. No fue así.
Claudia se volvió a Elena.
- En ese momento entró Roberto. Antes de salir le había llamado y yo llevaba un micro puesto. Consideró que no podía arriesgarse más y se llevó a Daniel.

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